Deslizaba sus dedos sobre mi cabello a la vez que me acercaba con dulzura
a su pecho y con un gesto cariñoso levantó mi cara acariciándola
suavemente acercando mis labios hasta los suyos.
Notaba su respiración acercarse y fusionándose con la mía
y mientras cerraba mis ojos notaba el tacto húmedo de sus labios.
En ese momento se detuvo el tiempo y solo estábamos él y yo, en nuestro
mundo besándonos eternamente.
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